La comadrona a tu lado
"Acompañando alrededor de nuestra fertilidad humana"
Existe un protocolo de acompañamiento al duelo en el Hospital de Can Misses con una perspectiva muy humana que explicaremos en este apartado.
Son momentos difíciles de la vida, pero en verdad se ha luchado y conseguido poder ofrecer un trato digno para esos amados hijos que vienen a nosotros y deben marchar.
Ofrecemos una despedida desde el amor y lo sagrado de este momento.
Acabáis de perder
al hijo
que os ha hecho padres.
Aceptar el duelo es lo que
nos toca.
Atravesar el dolor de un
amor inmenso.
Nos desgarra en lo más
profundo del alma.
Así amamos a nuestros hijos,
que han pasado por nuestros
corazones para quedarse.
Despedirse en el seno materno supone despedirse no sólo del hijo, sino también de las ilusiones y planes de futuro.
Que el entorno no conociera todavía a este ser, no SIGNIFICA que no haya existido.
Este ser fue REAL. El duelo es una reacción NORMAL por la pérdida de una persona querida. Es muy NORMAL sentir una escala de diferentes emociones: shock, confusión, sentirse aturdido, rechazo, ira, culpa, frustración, tristeza, angustia…
Además, se suman los síntomas relacionados a los cambios hormonales que atraviesa la mujer durante y al término de un embarazo.
La dificultad está en la
INTENSIDAD
de las emociones.

En el hospital
Se ofrece normalmente la inducción del parto vía vaginal. Es frecuente, que la primera reacción sea no querer parir pero, tiempo después, muchas mujeres se sienten mejor por ello.
El parto vaginal es lo más recomendado física y posiblemente psicológicamente por varias razones para la mayoría de las mujeres que deban pasar por este momento:
Da tiempo para “comenzar” a
hacerse a la idea
de la gran pérdida que es un hijo.
La recuperación física es preferible en comparación a una cesárea.
Ayuda a partos futuros que son una realidad difícil de ver ahora.
Se ofrece la posibilidad de ir a casa (normalmente 24h) ó ingreso para inducción directa si se prefiriera.
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Acompañamiento en todo momento por las personas que se necesiten cerca.
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Se ofrece el uso de la analgesia epidural u otras según necesidad.
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Se ofrece la oportunidad de despedirse del bebé, sin prisas, con respeto absoluto a la intimidad del momento. Los familiares que decidan acompañaros y despedirse, también podrán rendir respeto.
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Se ofrece la posibilidad de recoger recuerdos.
“Caja de Recuerdos”
Os damos la posibilidad de
recoger huellas en tinta y/o yeso,
mechón de cabello,
fotografiar abrazos de encuentros y despedidas.
Es vuestra decisión
hacer recuerdos durante
el proceso de duelo…
Plantar un árbol.
Escribir diario/cartas al bebé.
Darle su nombre.
Su funeral.

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Se ofrece la inhibición de la lactancia materna según se deseen medios farmacológicos o simplemente medios físicos (hoja de col, frío, sujetador apretado).
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Se facilita asistencia religiosa si existiese el deseo (disponemos de asistencia católica).
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Se ofrece la posibilidad de realizar autopsia y se informa de los resultados posteriormente.
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Se informa de las opciones funerarias disponibles.
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Se ofrece la posibilidad de acompañamiento psicológico por una especialista en duelo.
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Se ofrece la posibilidad de alta temprana si la recuperación física es favorable.
La llegada a casa es dura,
pero también es el comienzo
del caminar la superación
del drama del duelo perinatal.
Parece no ser el momento de decidir qué hacer con todo lo que habíais preparado para vuestro hijo. Esta decisión podréis tomarla más adelante. Se aconseja dejar todo como está y cuando se vayan teniendo fuerzas decidir qué hacer.
Que alguien recoja todo y elimine cualquier recuerdo no suele
ayudar en el caminar del duelo.
Si se necesita apoyo psicológico/farmacológico, contactar con el médico de familia. La comadrona también puede ayudar, realizando seguimiento de la recuperación de la mujer además de recordar las opciones de apoyo.
La vuelta a casa
Fases del duelo
Es necesario
“atravesar el dolor”,
pero también
“volver a la vida”.
Aceptar la realidad de la pérdida. Para comenzar el proceso del duelo, los padres han de reconocer la pérdida. Al principio parece increíble lo sucedido, estamos en SHOCK. Puede ayudar ver y despedirse del bebé, tener “recuerdos” (fotos, huellas, fotos ecográficas…). No minimizar la pérdida. Una explicación detallada de lo sucedido ayuda a entender la realidad dónde los profesionales podemos aportar entendimiento.
Sentir el dolor de la pérdida. El dolor es real y una reacción natural. Al comienzo los brotes dolorosos son muy frecuentes, pero con el tiempo disminuyen en frecuencia e intensidad. Sus formas pueden ser ataques de llanto/pánico, dolor corporal, agresividad, sentimientos de culpa… Estos sentimientos han de caminarse. La intensidad nos podría llevar a recurrir a apoyo psicológico y/o tal vez farmacológico por algún tiempo.
Adaptarse a la nueva vida. Se trata de aprender a vivir de nuevo. Esta enorme pérdida formará parte vuestras vidas. Asimilar esta nueva vida lleva tiempo, cada uno tiene un ritmo. Podría ayudar expresar qué significa esta adaptación y lo difícil que es para vosotros. Muy recomendado el apoyo psicológico y grupal de asociaciones de duelo.
Amar de nuevo la vida. Esta fase pide mucha energía emocional. Puede ser muy difícil y algunos padres sienten mucho dolor que se prolonga en el tiempo. Como profesionales hemos acompañado y acompañamos en nuestro día a día a familias que consiguen superar el duelo y vuelven a reír. Encajando el drama que la vida ha traído. Muchos continúan con el proyecto de vida de una familia. El hijo perdido se ama, para siempre y la vida nos lleva a tal vez uno, o más hijos tras un suceso de duelo dónde los abrazos seguro se viven desde otra profundidad.
Caminar el duelo
Ayuda no aislarse y compartir vuestro dolor con quien os ama.
Dar oportunidad de ser acompañados por quien os quiere seguro os sentará bien.
Quien está a vuestro lado, atraviesa y os acompaña en el sentimiento de dolor.
El acompañamiento sincero se siente y ayuda ver que vuestro hijo ha llegado a muchos.
Pedid ayuda cuando necesitéis a familiares y amigos. En ocasiones no saben cómo ayudar o podrían pensar incluso que molestan.
Es difícil acompañar en duelo, siendo normal no sentiros comprendidos en ocasiones.
Si existen amigos cercanos con hijos pequeños o en período de gestación, entenderán que amándoles mucho, necesitáis tiempo.
Con amor todo se vence.
Importante intentar comer y dormir bien. Si no se consiguiera, podría ser necesario tratamiento farmacológico y/o psicológico.
Dedicar tiempo en naturaleza y entornos apacibles es imprescindible.
En la pareja cada uno aporta y suelen ser visiones necesarias y complementarias.
Es normal que en la pareja se tengan distintas repuestas al dolor, diferentes maneras de vivirlo y/o expresarlo con ritmos variables de fases del duelo.
El dolor forma parte de la vida y a todos nos toca atravesar duelos y situaciones en la vida que traen un gran esfuerzo.
Pensar que nadie nos comprende, que nuestro dolor es el único, que nadie puede sufrir más...
son pensamientos que no ayudarán en el caminar un duelo saludable.
La superación parece inalcanzable para muchos y el duelo perinatal lleva consigo un trabajo de amor inmenso.
Es posible con el paso del tiempo, ser felices.
Ahora bien, de una forma totalmente nueva.
Todo está en proceso de cambio continúo y atravesar superando este momento traerá otra forma de ver el mundo.
Se valoran pequeños y grandes
detalles de la vida,
personas que antes no veías.
Se descubren valores
que antes no tenías.
Aumenta la sensibilidad por
el dolor de otros... haciéndonos
más humanos.
Se experimenta que
el amor de unos padres
continúa tras la pérdida
del hijo.
Se continúa amando y encajando
la pérdida que en nosotros
vive.
Si la vida nos regala
la oportunidad de otros hijos,
los abrazos se tornan
profundidades.
La vida a veces es duelo y
seguro con tiempo, respirando,
será tras un duelo.
Un nuevo mirar.
Amor para el camino.

Lecturas
· “La cuna Vacía”
M. Ángels, Claramunt y col
· “Las voces olvidadas”
Mónica, Álvarez y col
· “Abrazar la muerte cuando se
espera la vida”
María Jesús, Blázquez
El duelo en nuestros niños
"Gestionando sentimientos, dando espacio al dolor"
Muchos padres se preocupan por el efecto de su propio dolor en sus hijos. Sin embargo, tratar de ocultar sentimientos es difícil y puede confundir a los niños.
Se nos ofrece como padres, enseñar la vida en duelo a nuestros pequeños.
Caminando con ellos la superación. Seguro nos dan mucha fuerza para continuar.
Es probable que perciban su infelicidad e incluso repriman sus propios sentimientos para evitar aumentar la angustia de sus padres. Esto podría causar problemas en el futuro de los niños afectando su equilibrio emocional.
En circunstancias de duelo habrá ocasiones, en las que los padres no pueden proporcionar la normalidad, el espacio y apoyo que los pequeños necesitan para seguir adelante con sus vidas. El apoyo familiar y social puede proporcionar normalidad y cuidado de los niños, durante periodos de tiempo cortos, pudiendo ser beneficioso para todos.

¿Cómo comunicar?
Por lo general, es mejor mantenerse abiertos y honestos sobre lo ocurrido.
Una explicación simple y sincera es suficiente.
Hasta los niños más pequeños sienten y se dan cuenta de que algo malo ha pasado.
Cada familia y cada hijo son únicos.
Las palabras a elegir dependerán de múltiples factores como la edad del niño, su habilidad y necesidad de entendimiento por medio de las preguntas que el niño irá gestionando.
Si se le oculta información podría entrar en juego el miedo creando ansiedades afectando su comportamiento.
Explicar simplemente:
Que estás muy triste porque
ha muerto el bebé.
Que por eso necesitas
sacar sentimientos de dolor.
Que llorar cuando ocurren
cosas así de tristes es necesario.
Es importante explicar a los más pequeños que esto que ha ocurrido no tiene nada que ver con nada que hayan hecho ellos.
“ha muerto”
“el bebé no era suficientemente fuerte
o grande para vivir
fuera de la barriga de mamá”
Si no estamos en situación de poder hablar de lo ocurrido con nuestros niños, debemos pedir a un familiar o persona cercana que comunique la noticia. En este caso, podría explicar que estáis demasiado tristes porque el bebé ha muerto y que en este momento no podéis hablar por tanto dolor que sentís, que es normal sentirse así y que nada tiene que ver con nada que hayan hecho ellos.
Entendimiento literal
Es importante Seleccionar cuidadosamente las palabras.
Algunas de las expresiones siguiente pueden confundir a los pequeños creando miedos y angustias:
· “Está dormido” “durmiendo”
podría dar miedo a irse a dormir.
· “Se perdió” “se fue”
podría dar miedo a perderse
y/o pensar en encontrarlo.
· “No estaba bien”
podría preocuparles cuando enfermen.
· “Dios quiso al bebé”
podría dar miedo de que
Dios pueda quererlo a él.
Necesidad y edades
De 2 a 6 años
Pensamiento mágico, no entienden el concepto de muerte. Les resulta difícil expresar sus sentimientos con palabras. Pueden expresar su angustia a través de cambios en comportamiento como es ser más dependientes y reacios a separarse de su mamá o papá. A presentar dolores físicos tipo dolores de barriga, volver a usar pañales y tener pesadillas. También a presentar cambios hacia ser más exigentes, agresivos y tener berrinches.
Observad su juego, sus dibujos,
es la manera de expresar
sus sentimientos.
De 6 a 12 años
Comienzan a darse cuenta de que la muerte es permanente y que todos moriremos. Pueden preocuparse por su propia muerte y la muerte de las personas que aman. Enfocarse en otras cosas ayuda al niño a lidiar con la intensidad de lo que está sintiendo y lo que está sucediendo a su alrededor.
Asegurar que tenga oportunidades
de jugar y divertirse,
para estar animado y desahogarse.
De 12 años en adelante
Los adolescentes se sienten muy afectados cuando un hermano o hermana muere en el momento del nacimiento. Algunos adolescentes pueden reaccionar volviéndose más independientes. Otros pueden sentir que deben ser fuertes para sus padres, y pueden suprimir e incluso ignorar sus propios sentimientos por el temor de causar más dolor y angustia.
Asegurar que entienda que no se espera que
os cuide o se ponga en vuestro lugar.
Necesita saber que no tiene que
ser fuerte por vosotros.
Que está bien divertirse. Liberar energía y
tiempo con amigos.
Cuentos
Colaboración de la Biblioteca Vicent Serra Orvay. Sant Jordi de Ses Salines.
· "Soy la vida" y"Soy la muerte"
E. Helland y M. Scheneider
· "Más allá del gran río"
A. Beuscher
· "El árbol de los recuerdos"
B. Teckentrup
· "El cor i labotella"
O. Jeffers
· "No es fácil, pequeña ardilla"
R. Osuna
· "Para siempre"
C. García Calleja
· "D´una altra manera"
A. Tortosa M. Gutierrez
· "El seyor mort"
E. Maddern

Flotando
